Las cadenas del hábito, por lo general, son demasiado pequeñas para poder notarlas, hasta que se vuelven demasiado fuertes para poder romperlas.
Samuel Johnson

sábado, 9 de julio de 2011

MEDITACION EN EL HUERTOJARDIN

Espacio de meditación

La meditación es una herramienta que nos permite recuperar la paz interior y conocernos más allá de lo que pensamos que somos. Es como alzar la vista en medio del tumulto  para asegurarnos de que estamos eligiendo nuestras opciones y no estamos reaccionando ciegamente,  arrastrados sin advertirlo por el entorno y las circunstancias. Meditar es parar la inercia del pensamiento y observar nuestro interior para intentar percibirnos sin sus filtros y prejuicios. Es la oportunidad de comprender y cambiar o viceversa. Es una forma efectiva de evitar que nuestros hábitos mentales y de relación con el mundo, (que en general no escogemos) se conviertan en nuestro destino.                          
Cuando realmente conectamos con el lento y pausado tempo de las plantas, podemos notar claramente como modera la peligrosa aceleración de nuestra vida moderna, nos trae de vuelta al aquí y ahora, sacándonos del estrecho cuchitril de nuestra mente  y sus juegos virtuales, hechos de proyecciones en el futuro u obsesivos reciclajes del pasado.
Por ese fuerte lazo emocional que nos une a la naturaleza y que conecta instintivamente al ser humano con las plantas, el huerto-jardín presta a la meditación un contexto idóneo. Las plantas nos aproximan eficientemente con una realidad anterior a las tormentas de obsesivos pensamientos amenazantes. Nos llevan de vuelta al presente, y nos muestran el camino para recuperar lo que nunca debió perderse

Modo activo

Cuando llegamos demasiado acelerados, es muy difícil parar de repente y sentarnos en paz.
En estos casos no es aconsejable enzarzarse en un conflicto interno del tipo:     “Debería meditar pero solo la idea de pararme en silencio me pone más histérico”.
 La actividad cotidiana del huerto jardín, se puede convertir en un acto meditativo basado en la acción, que canaliza la energía que el estrés ha amontonado en nuestro interior. Dirigimos conscientemente nuestra atención a, las plantas, dejando que su presencia ejerza su efecto reequilibrante sobre nosotros. Poco a poco el huerto jardín nos ira contagiando su ritmo e irá absorbiendo de forma natural nuestra atención trayéndonos de vuelta al ahora y sacándonos de la inercia del pensamiento.

Modo contemplativo

Dejamos diez minutos al final de nuestra actividad, y nos retiramos a un lugar en el que nos sintamos especialmente a gusto, por el sitio en sí y por la imagen que desde allí se nos ofrece. Como en la meditacion tradicional centramos la atencion en nuestra respiracion. El despliegue de la vida en el huertojardin (Sobre todo plantas, insectos y pajaros), nos ayuda a recuperar la conexión que el TODO del que procedemos ha dejado en nuestro interior. Salimos del estrecho espacio intelectual que normalmente habitamos y recuperamos esas conexiónes con nuestro pulso interior y con el fluir de la energía que alienta a nuestro alrededor animales, plantas,  aire, tierra, montañas, oceanos.........
El puro placer de la contemplación irá quitando protagonismo al pensamiento que poco a poco va convirtiéndose en un murmullo de fondo, sobre el que se va dibujando nuestro autentico ser


JESUS ARNAU

1 comentario:

Ars Natura dijo...

Me gusta este blog.
He añadido un enlace en el mío para tenerte más a mano.

Un saludo.
Namasté.